martes, 9 de enero de 2007

¿PORQUÉ EL SILENCIO DEL ÁRBOL?

Siempre es bueno tener un espacio para escribir.
Cuando era niña, me fascinaba subir a un árbol de lilas que teníamos en el patio de la casa y durar horas recostada en sus ramas, en silencio.

Ahí, me daba tiempo para pensar historias, para recrear cuentos, para reír, soñar y llorar.
Este va a ser mi árbol...pero hoy quiero compartirlo.