Que fácil es tejer una telaraña de mentiras y ostentar ser lo que no se es, en internet. Inventar historias pisoteando hasta la propia familia, con la única finalidad de obtener unos minutos de diversión, o excitación.
Que terrible es negar una esposa, unos hijos, o nuestra imagen misma,deseando tener otra vida y dejando que pase la nuestra sin pena ni gloria,sin siquiera valorar nuestra propia esencia.
La red nos permite conocer mundos inimaginables y también sentirnos desencantados, no por las mentiras que los demás puedan contarnos, sino por exponernos al enorme vacío que impera en sus vidas, en sus mentes, en su propio espíritu.
Conozco mucha gente, y la red me permite estar en contacto con ellos, y también he visto como un hálito toca mi alma dejando una inmensa tristeza, no por mi, sino por aquellos que son directamente afectados por los engaños, aquella familia, esposa, hijos, ellos mismos viviendo en un mundo de fantasía y tinieblas que les impide ver la luz de la verdadera VIDA.
martes, 8 de enero de 2008
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