martes, 8 de enero de 2008

LA RED...

Que fácil es tejer una telaraña de mentiras y ostentar ser lo que no se es, en internet. Inventar historias pisoteando hasta la propia familia, con la única finalidad de obtener unos minutos de diversión, o excitación.

Que terrible es negar una esposa, unos hijos, o nuestra imagen misma,deseando tener otra vida y dejando que pase la nuestra sin pena ni gloria,sin siquiera valorar nuestra propia esencia.

La red nos permite conocer mundos inimaginables y también sentirnos desencantados, no por las mentiras que los demás puedan contarnos, sino por exponernos al enorme vacío que impera en sus vidas, en sus mentes, en su propio espíritu.

Conozco mucha gente, y la red me permite estar en contacto con ellos, y también he visto como un hálito toca mi alma dejando una inmensa tristeza, no por mi, sino por aquellos que son directamente afectados por los engaños, aquella familia, esposa, hijos, ellos mismos viviendo en un mundo de fantasía y tinieblas que les impide ver la luz de la verdadera VIDA.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las tecnologías de la información han cambiado los esquemas en los cuales las personas transitaban por el mundo, es indudable que muchos paradigmas quedan rotos ante la facilidad de manejo de las mismas. En la red podemos ser entes anónimos, prisioneros de engaños o creadores de los mismos. Pero también la red tiene cosas sorprendentes. Debido a que las barreras espacio temporales se diluyen, nos es posible entablar conversaciones con personas de culturas diferentes. No hay duda que este mundo es dual, dicotómico, incluso ditirámbico, pero el buen uso de estas herramientas queda como un mero acto de libre albedrío: ¿cuál es tu desición?